INGREDIENTES:
Pan asentado del día anterior. Mejor una hogaza de pan de miga dura.
Leche o leche infusionada con canela y limón
Azúcar en grano.
Abundante aceite de oliva.
ELABORACIÓN:
-Cortamos el pan en tiras. Como ya hemos dicho, un pan de miga dura, porque si no, no aguantará bien el remojado en leche.
-Si vamos a usar leche con canela y limón podemos comprarla o hacerla nosotros mismos:
Para ello ponemos medio litro de leche en una cazuela con varios trozos de piel de limón y una ramita de canela.
Llevamos a ebullición y apartamos del fuego.
Dejamos que se enfríe con la canela y el limón dentro.
-Remojamos las tiras de pan en la leche (podemos usar leche normal sin infusionar con canela y limón, de hecho es la manera tradicional) con cuidado de no pasarnos y se rompan.
-Dejamos que se escurran en un colador grande.
-Ponemos abundante aceite en una sartén.
-Freímos las tiras de pan con la leche.
-Apartamos sobre papel de cocina para quitar el exceso de aceite.
-Espolvoreamos con azúcar y degustamos.
De-li-cio-sos.
ATENCIÓN, ALTERNATIVA:
En vez de remojarlos en lecho, mójalos en agua sal, o sea, agua salada, así están riquísimos y son los verdaderamente tradicionales, cuando se aprovechaba el pan duro sin gastar nada más que agua y sal (y el aceite, claro). Pruébalos, te van a encantar.
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