Están más que buenas, buenísimas, y son muy, muy fáciles de hacer. Con una salsa de cebolla … humm … que a partir de ahora se convertirá en un básico en tu cocina. Para acompañar a casi todo: albóndigas, merluza, … Eso sí, un único inconveniente: si te gusta mojar sopas, con este plato puedes sucumbir al descontrol, así que hoy, ¡compra pan doble! No te prives, solter@, zambúllete en los sabores sencillos y de siempre.
INGREDIENTES:
6 salchichas frescas de carnicería
50 ml de vino blanco
1 vaso de agua
1 cebolla grande
1 pastilla de caldo de pollo
1 cucharada de harina
aceite de oliva virgen extra
sal
RECETA:
Picamos fina la cebolla.
En un perol ponemos 6-7 cucharadas de aceite de oliva, que cubra bien el fondo.
Añadimos la cebolla cortada y pochamos hasta que esté tierna.
Añadimos una cucharada de harina y mezclamos bien. Dejamos que se cocine unos 30 segundos y añadimos el vino.
Dejamos que se evapore el alcohol del vino (dejará de oler a vino), y añadimos el vaso de agua.
Removemos bien.
Vemos como inmediatamente se hace una salsa.
Añadimos la pastilla de caldo bien triturada y la disolvemos removiendo.
Dejamos cocer todo junto a fuego medio un par de minutos, removiendo de vez en cuando.
Añadimos las salchichas, que se cocerán en esa salsa.
En 3-4 minutos estarán listas.
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